Los colores se hacen sangre, se adjetivan en la dermis de quien la porta.
Cobra existencia y razón de Ser, al materializarse en los huesos, colmados de vida, de una Mujer grandiosa.
La obra, por primera vez, toca las manos humanas.
Ahora camina, baila, sonríe y posa….para el actuar de la vida.
La prenda se torna morada, en los brazos de un cálido abrazo. Se hace juego, en la sonrisa de los niños, como chalina sonriente.
¡Pasión! en la boca, de quien logra palpitar...¡Al propio tejido!
Andrea Laura Korduner
Escritora - Poeta
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