Sus imágenes son de un hiperrealismo minucioso, desde el que se despegan paletas de negativos y cromos análogos que nos invitan a un vuelo inesperado.
El juego más valiente es el de la inclusión de objetos, estos tomados, parecerían capturados; por una pintura potente que los envuelve, convirtiéndolos; reinterpretándolos; en parte de una nueva realidad; a esa nueva realidad a la que la artista nos transporta.
Victoria pone un ojo minucioso y nos engaña; con su capacidad de representar los objetos en aparente realidad; convertida sutilmente con ráfagas oníricas de su creación, en el orden de su inteligencia emocional.
Las sutilezas se suceden en los claro oscuros, es a través de ellos, que la artista marca las entradas y salidas de los objetos entrecruzados, en fina sintonía de una la pintura colmanda de imágenes, de intrigas y climas sutiles, en los que Guillermina nos envuelve e involucra.
Lautaro Dores
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